Thursday, December 1, 2011

La historia de un amor...

Han recordado, han revivido, han contado y se han contado, la misma historia tantas veces a lo largo de estos años, que muchos podrían pensar "qué aburrido". Ellos lo saben y ahora, en sus pláticas, que ya no son más el típico: "si algún día...", sino un "cuando nuestros hijos...", aceptan que probablemente llegará el día en que éstos les pidan no contar más la misma historia, saben también que seguramente será ella -tal vez ya con cabellos que ya dibujen tonos grises, y marcas en su rostro de las sonrisas que han quedado grabadas con el paso de los años- quien cuente la historia una y otra y otra vez más. Muy probablemente esto suceda mientras abra su pequeño baúl de madera, ese que años atrás recibió de su madre, para mostrarles fotos y detalles que acompañen el relato.

De esa historia, que irónicamente hoy  no será contada, existen  fragmentos decisivos para la vida de ambos personajes. Un hombre y una mujer que se conocieron cuando aún no lo eran, cuando sus nombres aún quedaban perfecto en diminutivo, cuando en la historia de su vida no había más que recuerdos familiares, escolares, amores de niños, travesuras inocentes y dos que tres aventuras de "chavales". Esos dos, que llevaban caminos y vidas tan distintas, se cruzaron por segundos en el sitio y momento adecuados, lo cual entenderían sólo años más tarde, cuando estando tan alejados el uno del otro sintieran una necesidad incontenible, incomprensible y simplemente imposible de apaciguar, de estar juntos.

Esos dos fueron de la mano, encontrándose y desencontrándose hasta que no pudieron más detener lo inevitable, estaban destinados a estar juntos; un árbol en algún lugar del mundo, lo lleva escrito en su cuerpo. Esta es la historia de un amor que no será contada, al menos hoy, porque este día está hecho simplemente para los recuerdos de esos años que hoy suman seis (más la historia previa) y que seguirán sumando, aunque pronto de manera diferente porque esta etapa casi termina, pero la mejor está a punto de comenzar...

ps. En la mesa de un restaurante argentino, rodeado por sólo mujeres, y celebrando el cumpleaños de la mejor amiga de ella, la miró, tomó su mano y decidió tomar el riesgo, y emprender el vuelo sin rumbo conocido...

2 comments:

  1. Ya extrañaba esta lectura, hermosa...como siempre.
    I love you.

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  2. Lo bonito de tus historias es que tienen mucha realidad
    Que bueno que estés por aquí :D

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