Thursday, December 12, 2013

¡Sueña en grande!


  KaRla BoNastRe Ch.
Con sus zapatillas negras de altísimo tacón, un vestido rojo pero formal, y una gran sonrisa se acercó a nosotros. Sostenía una cartulina con una frase, al igual que sus compañeros. Manteniendo la sonrisa y una mirada cálida, como si nos conociera de tiempo atrás, pidió permiso para preguntarnos: ¿compartirían uno de sus sueños conmigo?
No supe qué responder, de primera instancia esa parte de mi mente que está acostumbrada a pensar de manera tradicional, trajo a flote algunos paradigmas y me hizo preguntarme a qué se dedicaba esa mujer y qué se traía entre manos. ¿De qué negocio se trata y qué quiere venderme?
Después de unos segundos aterricé en la otra parte, en esa que está más trabajada y que confía, la parte que cree en la bondad de la gente y en los actos desinteresados; en compartir sin esperar nada a cambio. Entonces lo escuché decir su sueño y volé, traje el mío a la mente y mientras él escribía el suyo en un papel yo imaginaba el mío, lo veía sobre mis manos y vibré, justo como hace años, como cuando soñaba con los ojos abiertos y cuando creía que el mundo podía ser mío si así lo decidía.
Tomé el pedazo de papel que ella me dio y lo escribí. Acto seguido un abrazo. Uno sincero. De los que se sienten a través de la piel y te hacen sentir bien sin importar cómo te encontraras anímicamente. Se despidió de nosotros recordándonos que podemos lograr nuestros sueños y que soñar en grande vale la pena.
Sonreímos entonces y seguimos caminando. Alrededor de ella más gente y sus compañeros que hacían la misma función con cada persona que pasara por ahí. Todos con sus respectivas cartulinas y la misma frase en cada una de ellas: ¡Sueña en grande! Por increíble que parezca, acciones como esta te pueden cambiar el día.
Sonreímos y nos abrazamos. ¿Cómo algo tan aparentemente “sencillo” puede provocarte tanto y moverte tantos sentimientos? Y, ¿cómo la gente puede resistirse a verlo? Las personas pasaban de largo sin querer compartir su sueño, sin darse cuenta que no se trata tanto de compartirlo como de tenerlo presente y vivir por ello una vida que valga la pena.
No sé si era parte de una campaña para algún producto, un servicio social o simplemente una iniciativa de gente que quiere reforzar la importancia de tener un sueño en la vida. Me gusta pensar que fue esta última, y que cada vez hay más gente consciente de la necesidad de volver a lo básico, a lo simple, a volvernos buenos y vibrar en armonía y abundancia.
Y a esto considero yo, mi primer regalo de Navidad…